Este material es conocido por su resistencia y durabilidad. Pero, ¿sabes cómo se fabrica el acero galvanizado? Comprender el proceso de galvanización permite valorar su importancia en sectores como la construcción, la agricultura y la industria.

En este blog, te explicamos el paso a paso para transformar acero común en acero galvanizado. Además, conocerás los métodos más comunes y sus ventajas.

¿Qué es el acero galvanizado?

Primero, vale la pena recordar qué es. El acero galvanizado es un tipo de acero recubierto con una capa de zinc. Esta capa lo protege de la corrosión y lo hace más resistente frente a ambientes húmedos o agresivos.

Ahora sí, veamos cómo se logra esa protección.


1. Preparación del acero

Antes de aplicar cualquier recubrimiento, es clave preparar la superficie del acero. Este paso asegura una mejor adhesión del zinc.

Primero, el acero se limpia con soluciones químicas que eliminan aceites, grasas y polvo. Luego, se somete a un proceso llamado decapado, donde se utiliza ácido para eliminar óxidos o restos de corrosión.

Después del decapado, el acero se enjuaga y se sumerge en una solución de cloruro de zinc y cloruro de amonio. Esto evita la oxidación antes de pasar al siguiente paso.


2. Galvanización en caliente

Este es el método más común. Consiste en sumergir el acero limpio en un baño de zinc fundido a 450 °C.

El zinc se adhiere químicamente al acero, formando varias capas metálicas. Estas capas actúan como una barrera contra el oxígeno, la humedad y otros agentes corrosivos.

La inmersión dura pocos minutos, pero es suficiente para crear una protección duradera.


3. Enfriamiento y revisión

Después de la inmersión, el acero se enfría lentamente al aire o con agua. Luego, pasa por un proceso de inspección.

En esta etapa, se revisa que el recubrimiento de zinc sea uniforme y cumpla con los estándares de calidad. Se pueden usar pruebas visuales, mediciones de espesor o ensayos de adherencia.

Este control de calidad es fundamental para garantizar el rendimiento del producto.


4. Galvanizado por electrodo (electrogalvanizado)

Aunque menos común en aplicaciones estructurales, este método también existe. Consiste en aplicar zinc usando corriente eléctrica.

En este caso, el acero se coloca en una solución con sales de zinc y se conecta a un electrodo. Al pasar la corriente, el zinc se deposita en la superficie del acero.

Este proceso permite un recubrimiento más delgado y controlado. Es ideal para piezas pequeñas, autos o electrodomésticos.


5. Acabado y almacenaje

Finalmente, el acero galvanizado puede recibir tratamientos adicionales. Por ejemplo, se puede aplicar una capa de pintura, barniz o sellador para mejorar su apariencia.

También se etiquetan, embalan y almacenan de forma adecuada. Así, el acero está listo para su distribución y uso en distintos sectores.


¿Por qué este proceso es tan valioso?

Gracias a su proceso de fabricación, el acero galvanizado ofrece beneficios clave:

  • Alta resistencia a la corrosión.
  • Larga vida útil sin mantenimiento constante.
  • Reducción de costos por reemplazos o reparaciones.
  • Versatilidad para todo tipo de climas y condiciones.

Además, su fabricación es segura, controlada y amigable con el medio ambiente. Muchos procesos modernos reciclan el zinc o utilizan energías más limpias.


Entonces, ¡ya sabes cómo se fabrica el acero galvanizado! Es un proceso que combina limpieza, precisión y tecnología. Desde la preparación del acero hasta el recubrimiento con zinc, cada paso garantiza un producto confiable y duradero.

Por eso, cuando eliges acero galvanizado, estás apostando por calidad, resistencia y protección en todo tipo de proyectos. ¡Contáctanos ahora y conoce más de nuestra línea de productos galvanizados!