En los últimos años, ha crecido la preocupación por la sostenibilidad en la construcción debido al aumento de la conciencia ambiental y a la necesidad de abordar los desafíos relacionados con el cambio climático y la urbanización.
En este contexto, la creación de proyectos sostenibles se ha convertido en una necesidad para las constructoras. Esto es particularmente evidente cuando consideramos los incentivos promovidos por actores destacados de la industria nacional, como Camacol, que otorgan certificaciones Edge y Edge Advanced a proyectos que reducen el consumo de agua y energía durante su construcción.
Estos reconocimientos están adquiriendo cada vez más relevancia en una industria en la que el valor agregado es un factor determinante para que los clientes finales tomen decisiones de compra.
Aunque la sostenibilidad en la industria de la construcción del país se enfoca principalmente en la eficiencia energética, también está cobrando importancia el uso de materiales sostenibles, como la madera certificada, el concreto y el acero reciclado.
El acero, uno de los materiales clásicos de la construcción, es completamente reciclable y mantiene sus cualidades al ser procesado nuevamente. Actualmente, la industria del acero está tomando medidas para reciclar el 70% de su producción, lo que contribuirá significativamente a la reducción de las emisiones de CO₂ para 2050.
Además de la demanda de los clientes finales y las opciones que ofrece la misma industria para facilitar esta transición, también se ha demostrado que este tipo de construcción no implica costos significativamente más altos. Edwin Chirivi, presidente (e) de Camacol, explicó lo siguiente a Portafolio: “Si se incorporan medidas pasivas desde el diseño y la implementación del proyecto, se pueden lograr eficiencias significativas que pueden compensar posibles sobrecostos”.
Por otra parte, los inversionistas y desarrolladores están reconociendo la importancia de la sostenibilidad en la construcción y están apostando por propiedades con este valor agregado.